La parroquia de San Roque y Santa Ana cumple este año 25 años y uno de los primeros actos con que se quiso conmemorar fue ayer con la representación de “La Pasión”, ante un público que abarrotó el recinto. Previamente al inicio de la puesta en escena de la obra, tomó la palabra José Antonio Moya, primer párroco de San Roque e impulsor de la obra que ayer contemplamos siendo Párroco de la Inmaculada en 1996 y que rememoró aquellos arduos ensayos junto a Matías Antón y esposa Aurora. Pedro Payá, párroco actual, entregó como recuerdo un Libro de la Semana Santa 2023 y una lámina con los titulares de la parroquia, realizada por Víctor García.
La representación de La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, basada en la obra original de Luis Fernández Ardavín “Estampas de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo”, publicada el cinco de mayo de 1934 y que fue estrenada en su formato original en el Teatro Beatriz de Madrid por la compañía Vila Davi, el día 6 de abril del año 34, reunió a más de cuarenta actores aficionados que con su saber hacer, como si fueran grandes profesionales, nos hicieron revivir una historia sin fecha de caducidad, porque el mensaje de amor al prójimo y el sacrificio personal para salvar a una humanidad que cada día empobrece los valores tan grandes como el amor a los demás, la caridad y la compasión.
La historia que narra los hechos que ayer pudimos rememorar, no es un invento de la Iglesia católica, sino una historia narrada por muchos autores y plasmada con detalle en los Santos Evangelios. Todos sabemos su inicio y final, pero lo de ayer fue impresionante en cuanto a puesta en escena, interpretación de los papeles de todos, sin dejarnos a nadie, pero hubo varias escenas que no quiero dejar de resaltar. Conchita García, se metió en el papel de una madre dolorosa, temerosa del futuro de su hijo primero y partida de dolor en los actos de la crucifixión y la Soledad, que pusieron los “pelos de punta” a todos los que nos encontrábamos allí.
Al igual que esa escena en el Huerto de los Olivos de José Antonio Quesada, bordando el papel de Jesucristo y que se rompe en el suelo pidiendo piedad al padre, e impresionante por último ese Roque Canales, el Judas que enloquecido dando vueltas por todo el recinto como poseído por un diablo, arrepintiendo de la traición a Jesús y que nos dejó a todos impresionados.
Al final de la representación a que asistieron el alcalde de la ciudad, Eduardo Dolón y varios de los concejales del equipo de Gobierno, así como todos los sacerdotes de la ciudad, el párroco de la Inmaculada anunció que “La Pasión” volverá a representarse el miércoles 29 de marzo en el Templo Arciprestal de la Inmaculada.
No puedo olvidarme del inmenso trabajo, que pude comprobar directamente del Director Técnico, José Antonio Vallejos, que junto a Juan Carlos y Walter de Orecam, dominaron la luz, los sonidos y efectos especiales, con los nervios a flor a piel para que todo saliera a la perfección, como así fue y que supieron ambientar la obra con piezas de Tchaikovsky, Edward Grieg, Johann Sebastian Bach, Franz Liszt, George Friedrich Haendel, Gustavo Mahler, Mozart, Tomaso Albinoni, Wagner, Gaetano Donizetti, Strauss, Saint-Saëns, una sensacional selección que elevó mucho más la categoría de la obra.
El grupo “Getsemaní” fue impulsado en el año 1996 por el entonces párroco de la Inmaculada, José Antonio Moya Grau y tanto entonces como en esta ocasión, está dirigida por el poeta, actor y director, Matías Antón Mena, quien también ha realizado una adaptación de esta obra que van a poner en escena cuarenta actores aficionados, cuya mayoría son los mismos que la representaron por primera vez. Las estampas están distribuidas en tres actos y dieciséis cuadros en verso. La música utilizada en la primera representación en Torrevieja fue en el año 1996 en la parroquia de la Inmaculada y en 1997 se volvió a realizar en Torrevieja y en Aspe. En 1998 fue en Pinoso y en 1999 de nuevo en Torrevieja en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Ahora, 24 años después, vuelve a reponerse con la misma ilusión del primer día en la parroquia de San Roque y Santa Ana.